Ministerio del Cáliz de Elías
El propósito del Cáliz de Elías, un cáliz consagrado, es proporcionar un punto como foco de oración.
Todos somos conscientes de la necesidad de vocaciones al sacerdocio, al diaconado y vida religiosa,
pero a veces olvidamos cuán poderosa puede ser la oración para el incremento de vocaciones.
¡Si rezamos con la fe de la viuda de Sarepta, nuestra Copa nunca se secará!
Siempre tendremos sacerdotes que nos traigan a Jesús en la Eucaristía.
En 1 Reyes 17, durante una sequía, Elías le dice a la viuda pobre de Sarepta que si ella le hace una pequeña galleta
con lo último que tenía de harina y aceite, su “tarro
de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará,
hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo”.
Con fe la viuda horneó el pan y alimentó a Elías.
Durante el año siguiente la viuda, su hijo y Elías
comieron pan hecho del tarro de harina y del jarro de aceite.
El Concilio Vaticano II nos indica que es el trabajo de los laicos orar por y fomentar vocaciones,
y esto lo ha repetido San Juan Pablo II en muchas de sus enseñanzas.
Al recibir el Caliz Vocacional de Elias las familias de nuestra parroquia piden por vocaciones
durante todo el año.
Rezar por vocaciones es la forma más poderosa de apoyar las vocaciones.
Una vocación es una llamada del Espíritu Santo, un regalo de Dios que se alimenta con la oración.
Cuando pedimos vocaciones, elevamos a Nuestro Padre a aquellos hombres y mujeres a quienes
Él está llamando de manera muy especial. Esperamos que quienes lleven el Cáliz a su hogar
sigan pidiendo diariamente por vocaciones.